Temporada tras temporada NASCAR se empeña en ser una de las categorías de racing más absurdas del mundo.
Atlanta se la lleva Keselowski y a muchos les importa ya un bledo lo que ocurre en la serie.
El sistema de stages y trofeos es francamente estúpido. Añadámosle la trasmisión de FOX y sus interminables comerciales (muchos de ellos parecen en perfecto timing con el fin del stage) y tendremos una categoría que es todo menos racing.
Las quejas y deserciones de los fans de NASCAR aumentan y probablemente veamos una gran pérdida en los ratings televisivos del cereal. Lo cual estará perfecto. NASCAR ya no es divertido. Cero Racing.

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